Durante la primera mitad, el Atlético intentó conseguir el gol con más corazón que cabeza, pero notaba la importantísima baja de Agüero, a quien aquella noche sustituyó el canterano Ibrahima, tercer delantero en el equipo tras la marcha de Sinama Pongolle. Fue tras recibir un exquisito pase de Kiko, chandal psg blanco que hizo un partidazo. 8 minutos después, Torrado fue expulsado y el Atlético se encontró en superioridad numérica, pero aun así no abandonó su juego ultradefensivo.